El modelo económico boliviano que tambaleó cuando bajó el precio de los commodities
La excandidata presidencial Beatriz Sánchez dijo en una entrevista internacional que “Evo Morales ha demostrado resultados espectaculares”. ¿Es sostenible un sistema en que se financia el gasto social con la alta renta del gas?
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Los datos macroeconómicos lo confirman. En 13 años de gobierno de Evo Morales, Bolivia ha logrado reducir la pobreza extrema, la inflación y la tasa de desempleo casi a la mitad –según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI)-, y mantener la expansión del Producto Interno Bruto entre los más alto de la región.
Bajo un modelo que calificaba dentro de la corriente del Socialismo del Siglo XXI, pero que fue tomando su propio rumbo, el país logró ser ejemplo de crecimiento a partir del uso de los recursos naturales a su favor.
Ello fue destacado esta semana, “como modelo a seguir”, por la excandidata presidencial chilena del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, en una entrevista con un medio argentino.
“Nadie habla del gobierno boliviano porque es un éxito (...) Evo Morales ha demostrado resultados espectaculares. Con costos, sí, pero realizando transformaciones sin hipotecar al país”, expresó Sánchez.
Con ella coincidió, parcialmente, Álvaro Ríos Roca, socio director de Gas Energy Latin America, quien en entrevista con Diario Financiero explicó que efectivamente Bolivia alcanzó “su época dorada” con la acumulación de reservas internacionales hasta 2014, a partir de las exportaciones de gas natural -principalmente a Brasil y Argentina-, los envíos de minerales, y las ventas de soya y sus derivados.
“Gracias a la alta renta del gas, se han hecho proyectos de inversión social que han combatido la extrema pobreza”, dijo el también exministro de Hidrocarburos de Bolivia, entre 2003 y 2004.
Dependencia económica
De hecho, la redistribución del ingreso, a través de varios programas de gobierno, el alza sustancial de los salarios y la nacionalización de industrias en los sectores de telecomunicaciones, hidrocarburos y electricidad, han marcado la agenda de reformas del Ejecutivo.
“Pero, Bolivia, como muchos otros, no ha podido diversificar sus exportaciones al ámbito tecnológico” o a sectores no vilnculados con los recursos naturales, dijo el experto.
A futuro, la estabilidad económica de Bolivia parece no estar tan garantizada.
Para 2017, la nación altiplánica era 42% más rica que cuando Morales asumió por primera vez la presidencia, según Bloomberg. Y para el ciudadano promedio los resultados eran aún mejores, considerando que la pobreza cayó a la mitad; ello podría explicar la permanencia en el poder del jefe de Estado, quien el 20 de octubre buscará una tercera -y polémica- reelección.
Pero, según Ríos Roca, el año 2015 fijó un antes y un después en una economía que depende casi hasta un 90% de las exportaciones de hidrocarburos.
“Desde entonces, la situación ha empezado a revertirse por la caída de los precios del gas, de la soya, de los precios de los minerales; y no solamente los precios, sino los volúmenes de gas natural que se envían a Argentina y Brasil”, comentó.
Así las cosas, el déficit fiscal empezó a subir como espuma y para hoy estaría, según los cálculos del exministro, en un 8% del PIB. A ello se suma que, para mantener el bienestar social y el crecimiento, la administración de Morales ha tenido que recurrir al gasto público y al endeudamiento tanto interno como externo.
Modelo insostenible
“Entonces, somos los de mayor crecimiento en América Latina pero a partir de esas variables: echar mano de las reservas internacionales que, desde 2014, han caído desde US$ 14 mil millones a US$ 7 mil millones actualmente, y la deuda externa ya está llegando a US$ 10 mil millones”, dijo Ríos.
Y agregó: “Lo que puedo decir es que este no es un modelo sostenible. El panorama hacia adelante no luce alentador; es necesaria una diversificación de las exportaciones. En Bolivia, cualquiera que sea el gobierno que venga, va a tener que hacer un ajuste; en caso contrario el ingreso de dólares al país se va a complicar, creo que a partir de 2021”.
Noah Smith, columnista de Bloomberg, apuntó en una nota reciente que “Bolivia podría ser el país más exitoso que se llama así mismo ‘socialista’”, pero considera que su éxito está en riesgo. Ríos, en tanto, se pregunta cuánto más podría sostenerse un modelo que depende tanto del Estado, de las reservas internacionales y los préstamos para seguir creciendo por sobre 4%.